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Viernes, 13 de Agosto del 2021
LA REAL HISTORIA DE LAS 111 MIL HECTÀREAS EXPROPIADAS A LA COMUNIDAD CAMPESINA “SANTO DOMINGO” DE OLMOS.
El gobierno del presidente Alberto Fujimori, a través de la Dirección Ejecutiva del Proyecto Olmos-Tinajones (DEPOLTI), le pide a la comunidad la cesión de 60 mil hectáreas como condición para la realización del proyecto Olmos, que a la fecha ya se había convertido en lo que hoy se conoce como el “anhelo lambayecano”.
 A cambio, se le ofrece a la comunidad la ayuda del gobierno para llevar a cabo el proceso de titulación comunal, y algunas concesiones inmediatas como la construcción de 10 pozos tubulares equipados. Además, de esas 60 mil has., 12 mil hectáreas irrigadas quedarían para la comunidad luego de le ejecución del proyecto.
El discurso del gobierno vende la idea de los “beneficios mutuos”, utilizando frases como: “... ganan los miembros de la comunidad, los habitantes de la ciudad y del campo, el inversionista privado y todos los peruanos!” (Boletín difundido por el Comité Pro Desarrollo Olmos y la DEPOLTI).
La directiva de entonces presidida por Blas Nunura Mayanga estaba dispuesta a negociar con la DEPOLTI para llegar a algún acuerdo; la posibilidad de ceder las 60 mil hectáreas estaba abierta a cambio de algunos beneficios para la comunidad y para lo cual se firmaría un documento con los acuerdos de la negociación.
Según las declaró en su oportunidad Blas Nunura, la intención de su directiva era solicitar al Estado nuevas concesiones para el beneficio de la comunidad –las cuales serían sugeridas por los delegados de todos los caseríos- y a partir de ello, negociar las tierras.
Esto suponía la realización de una asamblea comunal para informar a los delegados sobre las condiciones de la negociación, y posteriormente, llevar a cabo una votación para decidir si se aprobaba o no la firma del acuerdo. Sin embargo, debido a diversos motivos, principalmente a las pérdidas de cultivos y bloqueos de carreteras ocasionados por el fenómeno El Niño, la reunión de delegados no pudo realizarse.
La Asamblea General de Delegados nunca se reunió, por lo que la directiva de Blas Nunura no llegó a concretar la negociación. Esto coincidió con el término del período del gobierno comunal, lo que implicaba un cambio de directiva.
La lista que ganó las elecciones en la comunidad fue la de color Celeste que encabezó Gerardo Pupuche Monja, que asume su gobierno a inicios del mes de setiembre de 1998.
Con ello se produjo también un cambio en la dirección de las conversaciones entre la comunidad y el Estado. El ex presidente de la comunidad, Blas Nunura, ya había iniciado la negociación con el Estado, la cual se vio frustrada, entre otras razones, por la falta de asistencia de los delegados a la Asamblea Comunal ya que la directiva no tiene la facultad de decidir por sí sola ni de ejecutar acciones sin la consulta general.
La entrada de la nueva junta directiva al gobierno comunal, significaba prácticamente un nuevo comienzo en el intento de negociación.
El escenario político se transformó también con la aparición de nuevos actores debido a que también se realizaron las elecciones municipales en el mes noviembre, en las que se enfrentaron el candidato de Vamos Vecinos, Willy Serrato Puse y el de Acción popular, Hugo Maza Monja del partido Acción Popular.
Todo ello configuró un nuevo escenario en donde el gobierno tuvo que retomar el contacto con la dirigencia y elaborar un nuevo cronograma de reuniones.
En el marco de las elecciones municipales, la posición asumida por cada candidato con relación a la cesión de tierras fue uno de los elementos centrales de la campaña. Debido a esta particular coyuntura, se produce una asociación entre la entrada de un candidato y el futuro del pueblo de Olmos y de las tierras comunales.
En palabras de los pobladores, Willy Serrato equivaldría a “apoyar al gobierno” y Hugo Maza Monja a “la defensa del territorio”, lo cual polariza las posiciones de la población. De esta forma el problema de la negociación se reduce a una pugna por el territorio, lo cual no permite ver que podrían existir puntos de encuentro dentro de ambas posiciones, sino que las enfrenta en el terreno político, disminuyendo las posibilidades de diálogo.
Desde la entrada de la lista de Gerardo Pupuche, la directiva comunal asistió a dos reuniones para tratar el tema del proyecto y la petición del Estado: la primera se realizó en el Colegio Departamental de Ingenieros de Lambayeque el 5 de setiembre, para conversar con técnicos y especialistas del proyecto; la segunda, el 9 de setiembre en la Feria Regional, en la que se conversó con representantes directos del gobierno.
Además, la comunidad participó en el paro departamental, en el cual la directiva dio a conocer su desacuerdo con la concesión de tierras comunales.
El Estado peruano, a través de la Dirección Ejecutiva del Proyecto Olmos Tinajones (DEPOLTI), le ha solicitado a la comunidad campesina Santo Domingo de Olmos la cesión de 60 mil hectáreas . de territorio comunal para la ejecución del proyecto hidroenergético Olmos.
A cambio de ello, el Estado le ofrecía a la comunidad 12 mil de esas 60 mil hectáreas para que se beneficien con la irrigación, y éste se quedaría con 16 mil hectáreas y destinaría las 32 mil restantes como incentivo para los inversionistas que financien las siguientes etapas del proyecto.
A cambio de la cesión de tierras a la comunidad se le ofrece, además de la irrigación de las 12 mil has., los siguientes beneficios:
1. Apoyo para inscribirla como persona jurídica en los Registros Públicos
2. Apoyo para el deslinde de su territorio
3. Apoyo para la titulación e inscripción en Registros de las tierras comunales.
4. Construcción de 10 pozos tubulares ubicados en donde la comunidad disponga.
5. Tarifa preferencial por el agua que usen los comuneros en estas 12 mil has. irrigadas.
La directiva comunal opinaba que los tres primeros puntos son derechos de la comunidad y obligaciones del Estado para con todas las comunidades campesinas del país, y que por ello mismo existen proyectos como el del Programa Especial de Titulación de Tierras (PETT) que trabaja titulando tierras comunales a nivel nacional.
Con relación a los 10 pozos tubulares, opina que el Estado está en posición de ofrecerles mucho más que ello, que estos serían insuficientes considerando el gran número de comuneros existentes y que por ello su distribución generaría un problema interno.
También es consenso entre los comuneros entrevistados, que el ofrecimiento de los 10 pozos tubulares es insuficiente.
Finalmente, respecto de la irrigación de las 12 mil has. de territorio comunal, cabe mencionar que ésta se llevaría a cabo en un plazo no menor a los 10 años, en que culminaría la primera fase del proyecto; otros piensan que la irrigación de estas 12 mil hectáreas llevaría a cabo durante la segunda fase del proyecto, es decir, entre 11 y 20 años.
El Estado ha elaborado un discurso en base a la idea de lo que ha llamado “beneficios mutuos”, es decir, la promesa de que, si la comunidad contribuye con la cesión de tierras, ésta se verá grandemente beneficiada. Y no sólo con las concesiones directas que promete el Estado, sino además, con el desarrollo de toda la región, puestos de trabajo, el surgimiento de industrias pecuarias en la zona, etc.
De esta manera, según el planteamiento del Estado, la cesión de tierras comunales se convierte en la condición necesaria para el desarrollo de la comunidad, del pueblo de Olmos y de la región en general, lo cual ejerce una fuerte presión sobre la comunidad.
El Comité Pro Desarrollo de Olmos trabaja en la difusión de las propuestas del Estado a nivel de los caseríos. La forma utilizada consiste en repartir un folleto en donde se explica por qué se llama (el Estado ha llamado)
a la esperada firma del acuerdo “Convenio de Beneficios Mutuos”, y cuáles son los ofrecimientos y condiciones del Estado para con la comunidad. En el folleto se presenta los beneficios directos para la comunidad que citamos líneas arriba, y además se aclara lo siguiente:
“Cuando se traigan las aguas del río Huancabamba, (...), la comunidad podrá irrigar 8 mil has.. Si además se logra traer las aguas de los ríos Tabaconas y Machara, la comunidad tendrá derecho a irrigar 4 mil has. adicionales ...” (Boletín difundido por el Comité Pro Desarrollo de Olmos).
Cabe mencionar que sólo se confirma la irrigación de 8 mil has., cuando el pedido de las 60 mil hectáreas supone que de este total, la comunidad se quedaría con 12 mil hectáreas irrigadas. El folleto también se refiere a los beneficios que recibiría la “Colectividad Olmana”, y cita los siguientes:
• “Creación de por lo menos 50 mil puestos de trabajo en el ámbito de la comunidad.
• La juventud estudiantil y la niñez olmana [sic] tendrán un gran futuro de bienestar y prosperidad en base a un trabajo estable.
• La obra generará grandes inversiones y Olmos crecerá rápidamente, se construirán hoteles, bancos y cientos de diferentes empresas agropecuarias, comerciales, industriales y agroindustriales”. (Boletín difundido por la DEPOLTI y el Comité pro Desarrollo de Olmos).
Por otra parte, cabe mencionar que en el folleto se hace alusión al tan discutido tema de la reubicación, afirmando que los comuneros que se encuentren dentro de las 12 mil hectáreas que serán irrigadas no serán reubicados, pero que sí será necesario reubicar a los comuneros ubicados dentro de las 48 mil has. que pasen a manos del Estado y que estos recibirán beneficios compensatorios establecidos en acuerdo con la comunidad.
Finalmente, el folleto aclara que, si en un período de 10 años no se ejecuta el Proyecto Olmos, las tierras serían devueltas a la comunidad, anulándose los documentos pertinentes en los Registros Públicos.
El folleto presenta, además, un croquis del territorio de la comunidad, en el que se encuentra marcada el “área de la que se seleccionará las 48,000 has. para el Gobierno”, que incluye varios caseríos, y el “área de la comunidad sin reubicación (aproximadamente 12,000 has)”.
A este problema se suma la enorme incredulidad de la que goza el gobierno entre los habitantes de la comunidad. Por su parte, la directiva comunal considera como una falta de respeto que el Gobierno intente negociar con ellos en base a un folleto que no les brinda ninguna garantía formal.
El profesor Hugo Santín Cornejo responsable del Comité pro Desarrollo de Olmos, piensa que la desinformación y el miedo de los comuneros es producto de intereses políticos de la lista de Acción Popular, y que la directiva comunal, partidaria de esta lista, no se ha preocupado por hacer una divulgación honesta de los términos de la negociación. 

Polígono de las tierras que fueron inscritas a favor del PEOT.
 

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